“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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28/9/12

La crisis del neoliberalismo y la globalización

Aldo Ferrer

Las épocas de transformación del orden mundial son siempre acompañadas por un cambio radical en las ideas económicas predominantes. A fines del siglo XVIII y principios del XIX, cuando emergía la Revolución Industrial, el paradigma mercantilista fue sustituido por el liberalismo de la teoría económica clásica. En el derrumbe del orden mundial, en la década de 1930, la ortodoxia liberal fue desplazada por el enfoque keynesiano. En la actualidad, la crisis ha desacreditado el paradigma neoliberal. Sin embargo, el mismo sobrevive (BAE, 14/6/12), arraigado en la influencia que la financiarización y los intereses transnacionales ejercen en la opinión pública y las políticas de los antiguos países centrales del sistema global. Es oportuno, por lo tanto, recordar las inconsistencias del relato neoliberal.

27/7/12

Crédito, acumulación y crisis

Europa crash  Fernando Vicente 
Rolando Astarita

La undécima Conferencia del BIS (Banco de Pagos Internacionales), realizada en junio, estuvo dedicada a la globalización financiera. La contribución de Stephen Cecchetti (jefe del Departamento de Economía y Dinero del BIS) presenta cuestiones que son de interés para los debates de la izquierda sobre el significado de las finanzas. Es que mucha gente progresista, o crítica del capitalismo, sostiene que la causa principal de la crisis iniciada en 2007 fue la mundialización de las finanzas, producto a su vez de la desregulación de los mercados y del ascenso del neoliberalismo. Según esta perspectiva, los capitales financieros impusieron su dominación sobre el capital productivo a comienzos de los 1980, por lo cual succionaron el excedente y alimentaron la especulación y el parasitismo. En esta lectura, el crecimiento del crédito y de las finanzas es entendido entonces como sinónimo de estancamiento de las fuerzas productivas. La globalización financiera habría sido perjudicial, y la contradicción fundamental pasaría por la oposición entre las finanzas y los pueblos (incluyendo este segundo polo a las fracciones del capitalismo productivo). El objetivo sería, por lo tanto, poner “en caja” a las finanzas.

Como adelantamos, la intervención de Stephen Cecchetti da pie para realizar algunas reflexiones sobre el tema. Lo que sigue se ordena de la siguiente manera. En primer lugar, presento la postura de Cecchetti. En segundo término, explico por qué -desde el enfoque “a lo Marx”-, el crédito es consustancial al desarrollo de las fuerzas productivas capitalistas y el mercado mundial. Pero también por qué las finanzas y el crédito potencian las contradicciones, la sobreproducción y la crisis. La idea es que esta es la dialéctica que subyace a lo que registra, tal vez de manera confusa, Cecchetti. Una dialéctica que muchas veces pasan por alto los críticos del capitalismo. Preciso también que en esta nota me centro en el rol del crédito y las finanzas.

5/6/12

San Petersburgo / Petrogrado / Leningrado = Datos de interés sobre la cuna de la inteligencia rusa

Antonio Rondón

Aunque muchos la conocieron en la época soviética como la emblemática Leningrado, por su gesta ante el bloqueo fascista, San Petersburgo muestra hoy todos los colores de la cuna de la intelectualidad rusa. Muchos ven a San Petersburgo desde los inicios del siglo XXI como la capital norteña de la Federación Rusa, el lugar de donde salió casi todo el equipo que acompañó a Vladimir Putin en el Kremlin o como el ya superado cliché de ser la ciudad criminal de la nación.

 Lo cierto es que la última década resultó para esa ciudad, fundada oficialmente en 1703 por el entonces zar ruso Pedro I, un paso a la modernización y remozamiento de sus principales perlas. Claro que cuando se dice San Petersburgo, también todos recuerdan al Petrogrado de la Revolución de Octubre, cuna de la transformación socialista soviética, una obra que inició en su tiempo Vladimir Ilich Lenin. Sería difícil recorrer sus calles sin palpar los momentos cruciales de una revolución que dio un vuelco total a la visión y construcción del mundo, una revolución de obreros, campesinos y soldados.

 La ciudad, tras los sucesos de octubre de 1917, dejó de ser la capital de lo que fuera en su tiempo el Imperio Zarista para retornar como centro del arte y la intelectualidad y fue conocida como Petrogrado hasta 1924, cuando se denominó Leningrado en honor a Lenin. El 6 de septiembre de 1991, la urbe retomó su original nombre de San Petersburgo en medio de los apabullantes cambios que trajo aparejada la desaparición de la Unión Soviética y el inicio del escabroso camino de la economía de mercado. Claro está, las joyas como el afamado museo Hermitage, con más de tres millones de piezas de arte, la plástica y la historia universal, el teatro Mariinski o lugares como la Fortaleza de Petropavlovsk y la Catedral de Isaac, conservaron y aumentaron su esplendor.

A propósito de la euro-crisis / La histeria va con en el precio

@ Lucile Gómez
Rafael Poch

Recapitulando. En septiembre se cumplirán tres años de la quiebra financiera de 2008. El motivo de la crisis fue el hundimiento del gran festival especulativo que eliminó las fronteras entre la actividad financiera y la simple y pura delincuencia. El dinero público se utilizó para cubrir las pérdidas y proteger las fortunas de los agentes del gran casino, en lo que fue la mayor transferencia de capital de la historia desde la gente común hacia los ricos. Ninguno de los problemas que entonces se pusieron de manifiesto se han solucionado, pero se han creado otros encadenados. Por ejemplo: el brusco aumento de deuda pública que el rescate bancario provocó, empeoró, a su vez, la solvencia general, incluida la de los propios bancos, pues el valor de la deuda pública se desplomó y en gran parte está en manos de bancos e inversores en forma de bonos del tesoro. Ahí está la génesis de la actual “euro-crisis”.