“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

6/9/17

El joven Lenin, una protohistoria — I & II

Lenin ✆ Michele Rocchetti
Nicolás González Varela

“El materialista pone al desnudo las contradicciones de clase” (Lenin, 1895)

Todo inicio es una definición encubierta. Y algo se puede llegar a conocer si sabemos cómo ha llegado a ser lo que es. ¿El comienzo no dice acaso la verdad del ser? O si lo quisiéramos decir con las palabras de indudable pathos hegeliano de un socialista agrario ruso que tuvo mucha influencia en Lenin, “por su forma, la etapa superior de cualquier desarrollo es similar al inicio del que se ha partido”. ¿Podemos comprender mejor, aprehenderlo en su contexto y necesidad, la práctica y la idea de Lenin si entendemos su origen, si logramos descifrar sus raíces, si exponemos cómo llegó a ser lo que fue? Lenin continúa siendo un enigma incluso cuando eliminamos los escombros del culto a la personalidad. ¿Cuál es la peculiaridad del marxismo de Lenin? Krupskaia definía a Lenin como “un erudito marxista surgido del Volga”. ¿Podemos explicar de manera materialista-crítica este surgimiento concreto desde el Volga? La tarea ya había sido planteada por el malogrado Dutschke: intentar una “reconstrucción crítico-materialista” de la comprensión de la revolución en Lenin, que conlleva reconsiderar el fundamento asiático de la Rusia zarista. [1] O en palabras del viejo Negri: intentar una lectura marxista del marxismo de Lenin. [2] Una proto-historia de la teoría revolucionaria de Lenin solo puede evocar lo que se nos ha perdido. Evoquemos el bulto de este vacío. En el mito se debe introducir la natural discontinuidad dialéctica de todo pensamiento, incluso el de Lenin. Calibremos la “otredad” del marxismo de Lenin. O sea: se trata de explicar a Lenin no desde la perfecta geometría del éxito de Octubre de 1917 sino desde el caos original de su constitución como práctico socialista y teórico marxista. Y como veremos la primera juventud tiene su meta en sí misma, no es un “escalón”. Si el discurso de Lenin “traduce” en términos organizativos una composición de clases real, que se entiende como algo específicamente determinado, solo podemos demostrarlo explicando su formación, el inicio. “Repetir” al Lenin de 1917 es un falso paso, remachar un fantasma, una nueva “beatificación”, una parodia que se practica sobre un mito, una voluta de humo académica.

La visión no-geométrica de Lenin, el reverso materialista que nos conduce hacia el enigmático praktiki Vladimir “Volodia” Illich Ulianov de los años 1890, se puede reconstruir no sin cierta dificultad, [3] en parte debido al propio culto a la ersonalidad en la URSS que comenzó ya en 1918, [4] en parte a las propias condiciones de trabajo conspirativo que imponía el zarismo y en parte a la propia personalidad y estilo de Lenin, muy reservado en cuanto a sus recuerdos biográficos o en practicar autointerpretaciones de su Bildung política. [5] Lenin era un enigma incluso en vida. Durante su vida fue muy poco pródigo en recuerdos personales y, como señala Wolfe “al contrario de Stalin y Trotsky, no se preocupó en absoluto de la publicación de su futura nota necrológica”. [6] En 1922, el jefe de la sección rusa de la revista Photo Cinema, Piotr Voievodin, bolchevique desde 1903, redacta el largo guión de una gran película abortada sobre la vida de Ulianov y a este fin, intenta compilar “lo humano de Lenin”; sólo logra establecer de manera fehaciente que “1) Le gustan los niños; 2) y los gatos; 3) ríe a menudo; 4) tiene un plan y un modo de vida modestos; 5) juega bien al ajedrez; 6) le gusta montar en bicicleta’', y poco más. Zinoviev, muy cercano a Lenin, se dedicó desde 1932 a lograr un retrato concreto y exhaustivo; cuando en agosto de 1936 Stalin lo ejecutó no había podido anotar más que algunas ideas y preguntas: como Lenin preparaba sus informes, redactaba una resolución, presidía reuniones, escuchaba a un visitante, reaccionaba ante las derrotas, las victorias y rupturas. [7] No pudo ir mucho mas lejos. Detrás de la espesa niebla ideológica del “Santo-Apóstol-Profeta-Mártir”, se esconde un Lenin concreto, el Volodia [8] de “carne-y-hueso” que intentamos reconstruir. Lenin qua marxista revolucionario es inteligible sin este fundamento digamos concreto-nacional, sin esa discontinuidad real. Intentar rastrear el origen, las raíces, los preciosos momentos de formación del marxismo de Lenin es una tarea difícil, pendiente y necesaria. El culto a Lenin, ya latente a pesar de su propia opinión contraria en vida, paso a ser después de su muerte en 1924 descomunal, una producción monstruosa digna de Gargantúa. La Leniniana alcanzó proporciones bíblicas, desde crónicas diarias de su carrera política en todos los formatos imaginables, además que sus artículos y notas fundamentaban cada paso en la línea política oficial del Estado, cada cambio en la dirección debía ser necesariamente contrastado y ligado a una palabra maestra de Lenin. Como señala Bensaïd, el leninismo “estalinizado” no es otra cosa que una mera ortodoxia estatal. Pero incluso las fracciones y líneas de opinión internas (Trotsky, Kollontai, Kamenev, Zinoviev, Stalin, Bujarin, Miasnikov et altri) se legitimaban ante las bases a través de citas y contra-citas bizantinas de sus libros y discursos. Incluso Gorbachov en 1985 tuvo que justificar su Glasnot y Perestroika remitiéndolas al corpus de ideas inmortales de Lenin. La acumulación documental leniniana, alguna de la cual aportaba información interesante sobre la recepción histórica de Marx y la distintiva formación “oriental” del marxismo en Rusia, fue abruptamente interrumpida en 1938 por un ukase de Stalin. [9] Toda investigación seria y materialista sobre Lenin quedó interrumpida hasta 1956, y aquellos que se habían aventurado en rastrear las raíces “rusas” del marxismo corrían peligro, yacían en un gulag o habían sido ejecutados. [10] Para el Dia-Mat y para Stalin, Lenin fue un ur-marxista ortodoxo desde su adolescencia y punto. Lenin, en cuanto a Marx, era una suerte de Minerva, que nació con casco, pica, égida y escudo. Con razón Negri afirma que el leninismo en cuanto tal no existe.

En Occidente la Leninografía sufrió la falta de fuentes de primera mano además de la sobredeterminación ideológica de la Guerra Fría, pero las incongruencias y heterodoxia de Lenin intentaron ser explicadas de diversas maneras. Básicamente en la mayoría de los casos juegan en diferentes jerarquías tres paradigmas sobre Lenin praktiki marxista. Unos sostuvieron la versión de un Lenin marxista-primitivo, anclado en el Marx juvenil de barricada, el “blanquista” de 1847-1850, que todavía no había madurado hacia el cientificismo de Das Kapital. Otros veían a Lenin como un caso para ser analizado desde el punto de vista histórico-psicológico (al estilo del Wilson de Freud), respuesta de su psyché al conflicto con la figura zarista y noble de su padre y para resolver en lo real la ejecución vergonzosa de su hermano; finalmente la más extendida presentaba al marxismo heterodoxo y pragmático de Lenin como el último y más ilustre representante de la larga tradición rusa jacobina (terrorista y violenta que se remonta a Pestel), de la cual se habría apropiado en cuanto a ideas y estilos organizativos, agregándole a posteriori el stock teórico de Marx y Engels. Lenin en este caso nunca puede ser considerado un “socialdemócrata ortodoxo” (o lo fue durante un corto tiempo), y al corpus ideológico jacobino ruso simplemente le sumó una fina pátina de ideas marxistas. Intentaremos aquí salir de este atolladero, esquivar los dos polos opuestas de la mala interpretación de Lenin, tanto el del mito beatificador stalinista como el del neo-jacobino, intentando saber cómo Lenin llegó a ser lo que fue en la práctica como en la teoría.

El viaje es de adelante hacia atrás, desde la consolidación ya sin retorno del Estado de partido único en 1922, hacia el pasado conspirativo, hacia el sofocante mundo paranoico de los círculos populistas y marxistas durante el zarismo, pero también hacia la creatividad de un marxismo abierto, alejado del naciente Dia-Mat. El año 1922 es el principio del fin para Lenin, pero en marzo de ese año logra escribir un ensayo revelador: “Significación del materialismo militante”, titulo-homenaje a su maestro marxista Plekhanov, [11] para la revista teórica mensual: Bajo la bandera del marxismo. [12] En él afirma que “afortunadamente las tendencias principales del pensamiento social avanzado de Rusia tienen una sólida tradición materialista. Sin mencionar a Plekhanov, bastará nombrar a Chernishevsky”. Más adelante Lenin afirmaba que “sin un sólido fundamento filosófico… ningún materialismo puede soportar la lucha contra la ofensiva de las ideas burguesas, contra la restauración de la concepción burguesa del Mundo”, por lo que propone al comité editorial de la revista, “organizar el estudio sistemático de la dialéctica de Hegel desde el punto de vista materialista, o sea: de la dialéctica que Marx aplicó prácticamente en El Capital y en sus trabajos históricos y políticos.” Lenin concluye diciendo que “basándose en el modo como Marx aplicaba la dialéctica de Hegel, concebida de manera materialista, podemos y debemos desarrollar esta dialéctica en todos sus aspectos, publicar en la revista fragmentos de las principales obras de Hegel, interpretarlas de un ‘modo materialista’, comentándolas con ejemplos de la aplicación de la dialéctica por Marx.” Y como colofón final sugiere al grupo de redactores y colaboradores que la revista se constituya en una suerte de “Sociedad de amigos materialistas de la dialéctica hegeliana”. Lenin consideraba que “sin plantearse semejante tarea y sin cumplirla sistemáticamente, el Materialismo no puede ser materialismo combativo”. [13] Todos los conceptos materialistas para Lenin, como decía Marcuse, contienen una acusación y un imperativo. El artículo es sintomático, advierte de la posibilidad de una “restauración burguesa” en la teoría: la exhortación de Lenin es contemporánea a su reflexión práctica sobre la exigencia de normas más severas para el ingreso al partido, además de señalar el deficiente nivel de los militantes, previa al XIº Congreso de marzo, así como su preocupación por la composición de clase del Comité Central. La praxis se desmorona, pierde su eficacia y se hace “administrativa de las cosas” sin una teoría revolucionaria, sin el método materialista… ¿El núcleo esencial de toda filosofía es en última instancia la política?

Pero además aparece la herencia revolucionaria autóctona a la que no solo no hay que renunciar sino incluso volver a reactivar. Lenin recuerda a las nuevas generaciones la sólida tradición materialista rusa (ilustrada, no-jacobina e independiente de la “Narodnaya Volya”) con la cual se formó, que se inicia, de manera sorprendente, no con Herzen, no con Plekhanov sino con un economista “socialista agrario” llamado Nikolái Gavrílovich Chernishevsky. [14] Personaje destacado en su tiempo, que llamó la atención del Marx tardío, que lo calificaba de “gran sabio y crítico”. El Dia-Mat, en el obligado Diccionario Soviético de Filosofía (edición de 1959) lo define malamente como “gran demócrata revolucionario ruso, filósofo materialista, crítico literario y socialista utópico.”¿Utópico? Sabemos que el régimen stalinista nunca rindió homenaje a Chernishevsky, o a su discípulo Dubroliúbov, raro porque siendo predecesores reconocidos del leninismo son predecesores ab initio, por lo tanto, de la misma URSS. El problema era que el espejo antidespótico de Chernishevsky, su lucha contra la forma autoritaria-despótica asiática de Estado y Sociedad, lo que denominaba Aziatstvo, [15] además de su antinacionalismo eslavo, lo hacía muy incómodo al régimen de Stalin. Obviamente, se sabe que la famosa obra de Lenin sobre la organización de 1903, ¿Qué hacer?, [16] al parecer se inspiraba en su título en la novela homónima de Chernishevsky, cosa dudosa para algunos escolares, pero poco más. En sus memorias la Krupskaia reconocía que “en sus artículos y en sus libros [Lenin] no habla nunca de un modo directo, pero cada vez que se refería a Chernichevski su verbo tomaba un acento apasionado. Si dais una ojeada a las obras de Lenin veréis que los pasajes en que habla de Chernichevski están escritos de un modo particularmente caluroso.” Se puede reconstruir, a través de varias fuentes y testimonios, así como de las escasa palabras autobiográficas de Lenin, el papel teórico-práctico de Chernishevsky. Lenin comentaba que “lo había leído con un lápiz en la mano”, que había sido “una influencia esencial” o en otro testimonio oral reconoce que “Chernishevsky ha arado sobre mí una y otra vez”. Si no bastara las reminiscencias de Lenin además tenemos lo indeleble, como decía Krupskaia, la propia palabra escrita. Retrocedamos en la historia.
Notas
[1] Rudi Dutschke: Versuch, Lenin auf die Füsse zu stellen : über den halbasiatischen und den westeuropäischen Weg zum Sozialismus , Wagenbach, Berlin, 1974; en español: Lenin. Tentativas de poner a Lenin sobre los pies, Icaria, Madrid, 1976.
[2] Antonio Negri: “Lenin y nuestra generación” (1972), ahora en: La fábrica de la estrategia: 33 lecciones sobre Lenin, Akal Editor, Madrid, p. 15 y ss.
[3] Un intento en este sentido es el trabajo de Tamás Krausz: Reconstructing Lenin. An Intellectual Biography, Monthly Review Press, New York, 2015; que a pesar de sus méritos tiene graves insuficiencias y lagunas.
[4] La primera biografía de tono hagiográfico se publicó ya en septiembre de 1918, luego del intento de atentado contra su vida por parte de Fanny Kaplan, producto de la pluma de Zinoviev: Vladimir Il'ich Ul'yanov: ocherki zhizni i deyatel'nosti, Petrograd, 1918; es decir: “Vladimir Ilich Ulianov, ensayos sobre su vida y su obra”; Zinoviev afirmaba que: “Lenin es un elegido entre millones. Lenin es Líder (Vozhd’) por la gracia de Dios. Lenin es la auténtica figura de un Líder (Vozhd’) como no ha existido en los últimos quinientos años de existencia de la Humanidad” (ibidem, p. 34), Zinoviev llega a afirmar que Lenin desciende de ¡siervos campesinos!, cuando su padre era un auténtico y noble chinovnik zarista; el término “Vozhd’” será de uso corriente para nombrar a Stalin después de 1929; ya en 1919 había comenzado el trabajo editorial de sus obras llamadas “completas”, la Sobranie sochinenii, que contemplaba tan solo veintiséis volúmenes (tan solo 1500 escritos de Lenin) y terminó en 1926. Lenin sin duda fue el escritor marxista más prolífico, al que pueden adjudicarse más 35.000 documentos de su pluma y letra. Sobre la historia de omisiones y censuras en las Obras Completas de Lenin, incluso después de 1956, véase: R. C. Elwood: “How Complete is Lenin's Polnoe Sobranie Sochinenii?”, en: Slavic Review, Vol. 38, No. 1 (Mar., 1979), pp. 97-105; en lo posible hemos utilizado la edición española: Obras Completas, Akal Editor, Madrid, 1976, 45 volúmenes más índices complementarios, versión de la 4ª edición (1941-1957) con los agregados de la 5ª, se la conoce como la “Edición Stalin” por su censura y omisiones; en caso de duda o falta del texto nos hemos remitido a la edición en alemán (más completa y exhaustiva que la rusa): Werke (40 Bände, 2 Ergänzungsbände, Register, Vergleichendes Inhaltsverzeichnis). Dietz-Verlag, Berlin (DDR), 1956–1972; y su correspondencia: Briefe (10 Bände), Dietz-Verlag, Berlin (DDR),1967–1976. Para una guía de las obras completas de Lenin, véase: Harding, Neil: “Appendix 2. Guide to Lenin’s ‘Collected Works’”, en: Leninism, Duke University Press, Durham, pp. 300-316.; la crónica (con errores) de la vida de Lenin en español: Weber, Gerda/ Weber, Hermann: Crónica de Lenin. Datos sobre su vida y obra; Anagrama, Barcelona, 1975; la crónica de la vida de Lenin más exhaustiva sigue siendo: AA. VV.: Vladimir Il'ich Lenin. Biograficheskaya khronika, ed. G. N. Golikov et altri, 12 volúmenes, Moscow, 1970-1982.
[5] Por ejemplo: sobre la ejecución de su hermano Aleksandre, hecho conmocionante y decisivo en su vida política, Lenin apenas hace dos menciones marginales en toda su enorme obra escrita.
[6] Bertram D. Wolfe: Tres hombres que hicieron una revolución, Janés, Barcelona, 1956, p. 89.
[7] La anécdota en: Jean-Jacques Marie: Lenin (1870-1924), POSI, Madrid, 2008, p. 14.
[8] “Volodia” es la habitual forma afectiva en ruso que adopta el nombre Vladimir; la traducción literal de “Vladimir” (Влади ́ мир ) significa “el que posee un gran poder”.
[9] Se trató de un decreto digamos en forma literaria: la publicación de la versión oficial del Bolchevismo y de la actividad de Lenin como político, se trata del libro de Stalin: Istoriya Vsesoyuznoi Kommunisticheskoi Partii bol'shevikov: Kratkii kurs, Moscú, 1938, en español: Historia del Partido Comunista (bolchevique) de la URSS, Ediciones de Lenguas Extranjeras, Moscú, 1939; acompañando esta novedad historiográfica, en agosto de 1938 el presidium de la URSS aprobó una resolución que advertía que se castigaría con severidad la aplicación de “métodos pseudocientíficos de investigación al árbol genealógico de Lenin”.
[10] Antes de 1929, se debatió con amplitud en la URSS la cuestión de las raíces rusas y los componentes nacionales del leninismo, discutiendo la tesis menchevique que Lenin en realidad había retornado a la tradición premarxista; a partir de 1923 se debatió si Lenin era (o no) la “síntesis marxista” de toda la herencia revolucionaria de Rusia, estimando que existe una filiación legítima entre jacobinismo y leninismo, estableciéndose cierta continuidad ideológica, partiendo de “La joven Rusia”, Tchakev, Nechaev, la “Naródnaya Volia”, genealogía a la que ciertos historiadores agregan tímidamente los nombres de Chernishevsky (V. Kirpotin), Bakunin (B. Gorev) y Lavrov (N. Sergievsky); la mayoría de los historiadores participantes en la investigación y debate sobre el origen “ruso” del leninismo en los 1920’s serían ejecutados en el Gran Terror o morirían en un gulag.
[11] Véase el aporte al debate contra Bogdanov y el Empirio-monismo: Plechanov, Georgij Valentinovič: '”Materialismus militans. Otvet g. Bogdanovu. Pis'mo pervoe”, [Respuesta al sr. Bogdanov. Primera carta], en: Golos social-demokrata, 6-7, pp. 3-14, 1908; “Materialismus militans. Otvet g. Bogdanovu. Pis'mo vtoroe” [Respuesta al sr. Bogdanov. Segunda carta], Golos social-demokrata, 8-9, pp. 3-26, 1908; y: “Materialismus militans. Otvet g. Bogdanovu. Pis'mo tret'e” [Respuesta al sr. Bogdanov. Tercera carta], en: Ot oborony k napadeniju, M., B. Cicerin, 1910, pp.70-111; en español: Plekhanov, Jorge: Materialismo militante, Grijalbo, México, 1967; como vemos Plekhanov era un gran admirador de Chernishevsky: “mi desarrollo intelectual se efectuó a partir de la masiva influencia de Chernishevsky”, independientemente de la influencia paralela en el mismo Lenin, subrayando que lo había conducido al materialismo vía Feuerbach.
[12] Pod Znamenem Marksizma, que apareció desde 1925 en alemán como Unter Banner des Marxismus; el texto de Lenin apareció en el Nº 2, de marzo de 1922; el objetivo de la publicación era la crítica general desde el punto de vista materialista (“Órgano del materialismo militante”) así como artículos sobre Marx y el marxismo; en ese número se podía encontrar letras inéditas de Engels y Marx a Lassalle, un artículo de David Riazanov (editor de las MEGA1) sobre la vida cotidiana de Marx, ensayos sobre lógica formal y lógica dialéctica, o la relación entre anarquismo y marxismo, además de recensiones bibliográficas.
[13] Lenin: Obras Completas, tomo XXXVI, Akal editor, Madrid, 1978, pp. 198-199.
[14] Nacido en 1828 y muerto en 1889, fue un escritor, revolucionario ruso, filósofo materialista, crítico literario y socialista, considerado el fundador del Movimiento narodnik, aunque luego renegó de su Ideología, muy influenciado por Hegel, la izquierda hegeliana (Bauer), Feuerbach y los materialistas de fines del siglo XIX (Büchner-Moleschott); editor jefe de la influyente revista Sovremennik (“El contemporáneo”), fue encarcelado con pruebas falsas en 1862, tuvo una “ejecución civil” seguida de una reclusión penal en Siberia en 1872, donde falleció; véase: Venturi, Franco: “Nikolai Gavrilovich Chernyshevski”, en: El populismo ruso, Revista de Occidente, Madrid, 1975; pp. 275-352.
[15] Definido por Chernishevsky en el ensayo de 1859: “La superstición y las reglas de la lógica” de esta manera: “Llamo ‘Aziatstvo’ al orden de cosas en el cual la inviolabilidad de los derechos no existe, en el cual ni la persona, ni el trabajo, ni la propiedad se encuentran protegidos de la arbitrariedad. En los estados asiáticos la Ley es completamente impotente. Quién intenta apoyarse en ella se condena. Reina en ellos exclusivamente la violencia.”, en: Chernishevsky, N. G.; Polnoe sobranie socinenij, Moscú, 1949, tomo V, p. 700; para Chernishevsky la categoría de Aziatstvo era la clave para comprender de manera hegeliana-materialista al Estado ruso y zarista.
[16] Véase la introducción de Vittorio Strada a la edición italiana de ¿Qué hacer?; en español: “Introducción”, en: Lenin, I., Vladimir: ¿Qué hacer?; ERA ediciones, México, 1977, p. 11-80. Recientemente Lih a revalorizado el Lenin de esta época y situado histórica y políticamente la obra: Lih, T. Lars: Lenin rediscovered. ‘What is to be done?’ in context, Brill, Leiden, 2005; Lih desconfía que el titulo se remita a la novela de Chernishevsky o bien a un homenaje implícito, como reza la persistente leyenda.

II


La familia noble de Ulianov llevaba una vida prosaica en un barrio pudiente segregado en Simbirsk, es el inicio del año 1887. Como señala Deutscher (contra toda la Leninografía) las cuestiones sociales contemporáneas “le eran tan lejanas como a cualquier joven apolítico”. Tiene razón Trotsky (contra toda la Leninografía) al señalar que el nombre de Marx no decía absolutamente nada al adolescente “que dedicaba casi exclusivamente su interés a las bellas letras”. Por diversos testimonios sabemos que Volodia tuvo una adolescencia acomodada y confortable, nunca se entendió con su hermano terrorista Aleksandre, el futuro ejecutado, sus lecturas se encontraban guiadas en especial por la literatura de Turguénev, su autor familiar favorito. [1] La Literatura bajo el Zarismo se convirtió en un sórdido campo de batalla y de lucha de significaciones en que se debatía, entrelíneas y bajo cuerda, todos los asuntos sociales y políticos decisivos. Recordemos que Turguénev fue el que acuñó por primera vez la palabra “nihilista” (“Nihilista es la persona que no se inclina ante ninguna autoridad, que no acepta ningún principio como artículo de fe”). [2] Por lo que, además de Chernishevsky, la forma en que Turguénev configuró (o no) la orientación revolucionaria de Lenin es una cuestión de considerable importancia. Todas las menciones de Lenin a Turguénev se producen en un contexto político, sus escritos se convirtieron cada vez más en un poderoso estímulo intelectual y de la posibilidad de una lectura entre líneas, “esópica”, de la situación político-social-psicológica de Rusia. Lenin en su exilio forzoso en la aldea de Shushenskoie en 1898, le solicitaba en una carta a su madre y hermanas, le enviaran las obras completas de Turguénev. [3] Ante el temor que los escritos de Turguénev en la edición rusa estuvieran “editados” por la autocensura y la censura estatal, Lenin buscó la edición completa en alemán.

Los personajes de Turguénev, aunque poseían un pathos vagamente liberal, discutían abiertamente sobre cómo mejorar a Rusia, eran, en general, exponentes del Racionalismo occidental (consideraba a Feuerbach, y su Materialismo, tal como hará Chernishevsky, el mejor pensador de Occidente), críticos de la feudal servidumbre zarista, opuestos al Nacional-eslavismo (conservador, radical o terrorista, crítico acérrimo de Herzen), escépticos en torno al futuro socialista de la Obshchina , la mítica comuna campesina. Lenin, después de pasar por el fulcro ideológico-literario de Turguénev, ya no podría permanecer encerrado en pantano narodnik, ni en alguna variante de izquierda eslavófila (Turguénev decía que la doctrina Nacional-eslavófila no solo era falsa sino fútil). En este caso, es evidente que el “liberal” Turguénev es un primer influjo importante para que Lenin comprendiera que las condiciones rusas carecían de “excepcionalidad”, eran ya relaciones de producción burguesas y que, por ende, era en ella plenamente aplicable las enseñanzas revolucionarias que se difundían en Occidente. Una singular interpretación y prognosis de Rusia que en ese entonces ningún marxista teórico de la época, mucho menos los terroristas populistas, aceptaba. Lenin ingresa a la Política revolucionaria de mano de uno de los llamados “hombres de la década del cuarenta” (Bakunin-Herzen-Ogarev-Turguénev-Belinsky), [4] como se los conocía en Rusia, la última generación de románticos, que políticamente se educaron dentro del Liberalismo constitucional de Occidente, y, lo que es más decisivo para nosotros, filosóficamente en el Idealismo subjetivo y objetivo alemán: Kant, Fichte, Schelling, Hegel y en algunos casos incluso en el post-Hegelianismo (Bauer, Feuerbach). [5] Como alumno en Berlín, Turguénev frecuentó el ambiente joven-hegeliano, incluso escuchó los sermones izquierdo-hegelianos del joven Bakunin, todavía pre-anarquista. Llegó a conquistar a su hermana a la que luego abandonó. [6] De aquí seguramente surgió el personaje “materialista-nihilista” Bazarov, que en un momento de la novela reemplaza bruscamente un libro de Pushkin por Kraft und Stoff del médico-filósofo Ludwig Büchner, [7] ¡última exposición de la época sobre el Materialismo en Occidente!. Recordemos que Büchner formaba parte del movimiento materialista evolucionista (inspirado en Darwin) de fines del siglo XIX, muy criticado por Engels y Marx (su polémica con Vogt). Para Büchner decía que la Materia no podía concebirse sin la Fuerza, la Realidad es uníca, el Conocimiento científico carece de límites, su Materialismo es un nuevo Realismo en el que el Saber verdadero mantiene una relación de adecuación con las cosas que describe y explica. Como “materialista evolucionista” Búchner era un poco atípico, ya que reivindicaba el Comunismo, decía que “es falso que los ensayos comunistas hayan sido desafortunados, ; que allí donde fracasaron, su falta de éxito fuera ocasionada por dificultades externas más que por interiores… Desde el punto de vista económico y social las ventajas de la Comunidad de Bienes prometen ser completamente extraordinarias, y que es muy posible imaginar un Estado social en el que, sin peligro para el fin propio de toda Sociedad o para la individualidad de cada uno, el Trabajo, libre de toda obligación y puramente voluntario, tendría únicamente como fin el Bien de la Comunidad”. [8] Pese a que Büchner no reconoce las clases sociales (critica incluso a Lassalle) se mantuvo en contacto directo con Engels y muy cercano a los representantes alemanes de la Iª Internacional. A su vez el reaccionario Dostoievski satirizará a los nuevos materialistas-militantes estilo Bazarov en su contra-novela Demonios: “en su habitación tenía colocadas, en sendos soportes, en forma de atriles, las obras de Vogt, Moleschott y Büchner, y ante cada uno de los tres atriles ardía un cirio de los de las iglesias”. [9]

Por supuesto, quedaba claro que los “nihilistas” afirmaban que el Arte, la Religión, la Propiedad e incluso la propia familia eran instrumentos que servían a estructuras sociales y políticas explotadoras. Sólo la Ciencia, el Realismo en el arte y el Materialismo en la Filosofía podrían desenmascarar la podredumbre de los viejos valores que apoyaban el dominio de clase y la explotación servil. El Arte se convirtió en un lujo a menos que sirviera objetivos progresistas y materiales identificados por las ciencias naturales y sociales, tal el mensaje subliminal de Bazarov. Bazarov, una “persona superflua” para la Rusia zarista, pero es el héroe de la nueva literatura de protesta, miembro de la reducida minoría de hombres formados y con sensibilidad moral que, incapaz de encontrar un lugar en su propia patria, suele escaparse a fantasías e ilusiones, derrumbarse en el cinismo y la desesperanza, o lo que es pero: en la autodestrucción o la rendición total. Bazarov es el “Nuevo Hombre”, el representante de la novísima raznochinaia intelligentsia, cuyos talentos y poderes son desaprovechados. En primer lugar es un positivista, un racionalista egoísta, un cientificista que cree en el rol emancipador de la Ciencia: “un buen químico es veinte veces más útil que un poeta” declama; en segundo lugar, es un “occidentalista”, un modernista revolucionario; en tercer lugar, es un utilitarista en Ética. Muchos estudiosos (como Berlín o Lunacharsky) observaron que Bazarov puede ser considerado no solo el primer héroe “positivo” en la Literatura moderna rusa sino ¡el primer bolchevique!, tanto por su férrea voluntad en luchar por la igualdad y la justicia social como por su escala heroica imperturbable. Bazarov tiene otra virtud: se encuentra en estado de rebelión perpetua, no está atado a ninguna teoría formal o dogma, esa es su fuerza oculta, además no cree en principios sino en hechos. Su centro de gravedad es la "concretidad". Es un moralista racionalista con mirada dialéctica. No es casualidad que precisamente Chernishevsky se inspirara en el personaje de Bazarov para crear a Rakhmetov en su novela ¿Qué Hacer?, aunque su dramatis personae era una versión perfeccionada y en cierto sentido antinómica, con lo que el rizo ideológico se cerraba. Otro personaje de Turguénev como Rudín, [10] inspirado en la jerga filosófica de Bakunin y en su propia persona, retrata a un hombre de altos y nobles ideales, excelente retórica (lemas, diatribas), pero carente de carácter y sin proyecto político ni respaldo organizativo, que muere inútilmente luchando en las barricadas de París durante la revolución de 1848. En una novela tardía, Tierras vírgenes, [11] el personaje Nezhdanov, “nihilista de acción” (adorado por Ana, la hermana de Lenin), revolucionario fracasado, demasiado civilizado, demasiado sensible, demasiado complejo, termina por suicidarse porque sus orígenes sociales y su carácter individualista le incapacitan para adaptarse a la dura disciplina de una organización revolucionaria eficaz, termina confesando “no puedo simplificarme a mí mismo”. Allí están los dos grandes ejes: odio sin concesiones a la opresión zarista, a la clase terrateniente (irrecuperable para cualquier tipo de emancipación social) y odio a la pasión política romántica pasiva. Lo que resultaba claro para el joven Lenin era que los liberales en general (Turguénev era paradigmático) [12] concebían las actitudes políticas como funciones de carácter de los seres humanos, pero nunca como funciones coercitivas de leyes sociales objetivas que se imponían con coerción, naturalidad y fatalismo.


 Hasta qué punto Lenin apreciaba a Turguénev es que utilizaría frecuentemente citas en sus ensayos y artículos polémicos (pero colocándolo más atrás en su conciencia revolucionaria que Chernishevsky o su discípulo Dubroliúbov). Por ejemplo, en el artículo de 1912: “En memoria de Herzen”, [13] Lenin expone esta diferenciación ideológica, desde el punto de vista de su composición de clase, señalando que “Chernishevsky, Dubroliúbov, Serno-Soloviévich, quienes representaban la nueva generación de revolucionarios no procedentes de la Nobleza, tenían mil veces razón cuando reprochaban a Herzen [y a la generación de los 1840’s] las desviaciones de la Democracia hacia el Liberalismo”, por lo que puede verse “con claridad tres generaciones, tres clases que actuaron hasta ahora en la Revolución rusa. Al principio, los nobles y terratenientes, los ‘Decembristas’ y Herzen. Estos revolucionarios constituían un pequeño grupo. Estaban muy lejos del Pueblo. Pero su esfuerzo no fue estéril… [En segundo lugar] Los revolucionarios no precedentes de la Nobleza, desde Chernishevsky hasta los héroes de ‘Narodnaia Volia’, recogieron esta tarea, la ampliaron, la intensificaron y consolidaron. El círculo de los luchadores se hizo más amplio, más estrechos sus vínculos con el Pueblo… pero todavía no eran la verdadera tempestad. [En tercer lugar] La tempestad es el movimiento de las masas mismas. El Proletariado, la única clase revolucionaria hasta el fin, se levantó al frente de ellas… El primer embate de la tempestad fue en 1905”. Lenin no se equivocaba: el mismo Turguénev reconocía que era un “gradualista”, un “anticuado liberal en el sentido dinástico (constitucional) inglés, un hombre que espera reformas sólo desde arriba”. Veremos que Chernishevsky no estaba en desacuerdo con Turguénev, solo en los medios para llevarlo a cabo los mismos fines. Como buen joven-hegeliano, Turguénev creía que ninguna cuestión estaba cerrada para siempre, ninguna situación podía ser cancelada y clausurada en la Historia, que toda Tesis debe sopesarse contra su Antítesis, que todo Absoluto es una forma sofisticada de Idolatría. En cuanto al hombre revolucionario, el tiempo histórico exige no más Hamlets ni Quijotes. Está claro porqué las precauciones de la policía zarista en el funeral de Turguénev no fueron exageradas, y porqué jóvenes anarco-terroristas como el hermano de Volodia, Aleksandre, intentaron transformarlo en un gran acto político radical. En un artículo de enero de 1914, Lenin atacó una declaración del diario liberal Dien, que exigía un Lenguaje estatal centralizado y obligatorio para que la supuesta “riqueza” de la Cultura rusa se derramara entre los pueblos minoritarios dominados por Rusia: “El idioma ruso es un idioma grande y poderoso, nos dicen los liberales… Todo esto es cierto, caballeros liberales, respondemos nosotros. Sabemos mejor que ustedes que el lenguaje de Turguénev, Tolstoi, Dubroliúbov y Chernishevsky es grande y poderoso… Lo que no queremos es el elemento de coerción. No queremos que la gente sea llevada al Paraíso a golpes de garrote”. [14] El Lenin triunfal y tardío seguirá recordando a Turguénev, como por ejemplo en abril de 1918, criticando a los Mencheviques compartir sesenta años después las fantasías constitucionales de Turguénev: “Los ‘socialdemócratas’ modernos del tipo de Scheidemann o, lo que es casi igual, de Mártov, sienten repugnancia por los soviets y atracción por el respetable Parlamento burgués o la Asamblea Constituyente, del mismo modo que Turguénev, sesenta años atrás, sentía atracción por la moderada Constitución monárquica y aristocrática, y repugnancia por la Democracia ‘mujik’ de Dubroliúbov y Chernishevsky”. [15]Lenin se encuentra en su Stimmung revolucionario temperamentalmente mas próximo a Chernishevsky y Dubroliúbov (de quién Marx había dicho que era una suerte de Lessing ruso, un Diderot eslavo) que de Turguénev, pero jamás olvida su efecto catalizador con respecto al Populismo eslavo [16] de Herzen. Y finalmente en el IX Congreso de RKP (b), marzo de 1922, Lenin criticaba la nueva jerga burocrática de la Nomenklatura del mismo CC: “No sabemos dirigir la Economía. Este año lo hemos demostrado. Desearía mucho tomar como ejemplo varios ‘Est-Trust’ [17] (si puedo expresarme en ese hermoso idioma ruso, tan alabado por Turguénev) y mostrar de qué manera dirigimos la Economía”.[18]

Notas
[1] Entre otros: N. Valentinov, Encounters with Lenin, Oxford University Press, New York, 1968; y The Early Years of Lenin, The University of Michigan Press, Ann Arbor, 1969; además véase: Maloznakomyi Lenin, Librairie des Cinq Continents, Paris, 1972; y en la inconclusa biografía que planeaba Isaac Deutscher, interrumpida por su muerte: Lenin's Childhood, London, 1970, en español: Lenin. Los años de formación; Ediciones ERA, México, 1975; Deutscher cuenta que en 1883 su hermano Aleksandre incluso intento transformar el sepelio de Turguénev el 9 de octubre de 1883 en un acto político, p. 64 y ss.
[2] De su novela: Padres e Hijos de 1862, cuyo arquetipo será el materialista Bazarov.
[3] Además tratando de saber si la edición que solicitaba en doce volúmenes era decorosa, esto es: “sin tergiversaciones, mutilaciones, ni errores muy burdos”; véase: carta Nº 42 del 24 de febrero de 1898, en: Lenin, I. V.: Obras Completas. Tomo XLI, Akal editor, Madrid-México, 1987.
[4] Véase el bello libro de Carr sobre los exiliados rusos románticos: Los exiliados románticos. (Bakunin-Herzen-Ogarev), Anagrama, Barcelona, 2010.
[5] Véase el prólogo de E. H. Carr a la edición en inglés de la novela ¿Qué hacer? de Chernyshevski: What Is To Be Done?, Vintage Books, New York, 1964;; en español: “¿Qué hacer?”, 1917. Antes y después (la Revolución rusa), Anagrama, Barcelona, 1970, pp. 61-70.
[6] La importancia político-filosófica del viaje a Berlín (y a Occidente en general) en la biografía de Leonard Shapiro: Turgenev, His Life and Times, Harvard University Press, 1978, p. 20 y ss.; sobre el poco conocido Bakunin joven-hegeliano véase la edición en francés de sus artículos de 1840’s: Bakunin, M.: Bakounine jeune hégélien: La philosophie et son dehors, ENS Éditions, Lyon, 2007, incluye sus artículos entre 1842 y 1843 en la revista de Ruge y Marx, Deutsche Jahrbücher fûr Wissenschaft und Kunst y en el diario suizo Schweizerischer Republikaner.
[7] Büchner, Ludwig Friedrich: Kraft und Stoff. Empirisch-naturphilosophische Studien. In allgemein-verständlicher Darstellung. Meidinger, Frankfurt am Main, 1855; en español: Fuerza y Materia. estudios populares de historia y filosofía naturales, Librería de Fernando Fé, Madrid, 1878; durante un tiempo la “Biblia del Materialismo” de la época, se editaba clandestinamente en Rusia y nunca se tradujo al ruso hasta después de 1917.
[8] Büchner, Ludwig Friedrich: Die Stellung des Menschen in der Natur in Vergangenheit, Gegenwart und Zukunft oder: Woher kommen wir? Wer sind wir? Wohin gehen wir? Allgemein verständlicher Text mit zahlreichen wissenschaftlichen Erläuterungen und Anmerkungen, Thomas, Leipzig, 1869, p. 224.
[9] Fiodor M. Dostoievski: Demonios, en: Obras completas. Tomo V, Aguilar, Madrid, 1953, p. 245.
[10] De la novela homónima de 1857.
[11] Turguénev pretendía que fuera la continuación de Padres e hijos, la novela se publicó en 1876.
[12] Véase: Isaiah Berlin: “’Padres e hijos’. Turgueniev y la situación liberal”, en: Pensadores rusos, México, FCE, 1980, p. 480 y ss.
[13] Lenin, V. I.: Obras Completas. Tomo XVIII, Akal editor, Madrid, 1977, pp. 69-76.
[14] Lenin, V. I.: “¿Es necesario un idioma oficial obligatorio?”, en: Obras Completas. Tomo XX, Akal editor, Madrid, 1977, p. 416.
[15] Lenin, I. V.: “Las tareas inmediatas del Poder soviético”; en: Obras Completas. Tomo XXVIII, Akal editor, Madrid, 1976, p. 482.
[16] Entendemos aquí por “Populismo” (Narodnichestvo) al movimiento de ideas radical en Rusia surgido a mediados del siglo XIX, cuyas principales metas eran la Justicia y la Igualdad social, creían que la esencia de una sociedad igualitaria ya existía en la comuna campesina moscovita (la Obschina), organizada en forma de una unidad colectiva-cooperativa (Mir), esta comunidad era la piedra angular de una futura federación de unidades socializadas, autogobernadas al estilo de Proudhon; el sujeto principal de la emancipación era el campesino, y no el proletariado industrial; creían en el carácter excepcional de Rusia, lo que haría que evitaran el paso obligado por las etapas del Capitalismo occidental; la expresión más genuina políticamente fue la famosa Naródnaya Volia, fundada en 1879. Richard Pipes: “Narodnichestvo: A Semantic Inquiry”, en: Slavic Review, Vol. 23, No. 3 (Sep., 1964), pp. 441-458; sigue siendo insuperable sobre el Populismo ruso la obra de Franco Venturi: El Populismo ruso, Revista de Occidente, Madrid, 1975; es muy útil para nuestro tema la obra de Andrzej Walicki: Populismo y Marxismo en Rusia, Editorial Estela, Barcelona, 1971; sobre el Populismo entre 1870-1880, el trabajo de Valentina Tvardovskaia: El Populismo ruso, Siglo XXI, México, 1978; una visión desde el Dia-Mat: Pantin, I. El Pensamiento socialista en Rusia: paso de Utopía a Ciencia, Editorial Progreso, Moscú, 1979;
[17] En 1922 era sintomático que la burocracia soviética había desarrolla su propia Neolengua, una jerga administrativa y clasista no apta para neófitos y difícil de decodificar para un ciudadano común.
[18] Lenin, V. I.: Obras Completas. Tomo XXXVI, Akal editor, Madrid, 1978, p. 242.

[Continuará...!]
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