“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

11/12/15

¿Feminismo en la campaña electoral española?

Las dos hermanas
✆ Simona Mereu
Patricia Terino   /   Son muchos los que en estos tiempos convulsos y especialmente en los últimos días, inmersos en una campaña electoral histórica en nuestro país, hacen gala del feminismo que dicen profesar, o al menos de la defensa de la mujer, de su condición, de los ámbitos en los que se desenvuelve, de sus derechos legítimos que no solo se incumplen reiteradamente, sino que ni tan siquiera son contemplados en muchas ocasiones, con el fin de captar el voto femenino y de intentar sensibilizar a la población con discursos preparados y anclados en la obviedad de los hechos, de las situaciones y de las injusticias perpetuadas y sostenidas por el propio sistema que las creó.

Y aunque los programas electorales de los diferentes partidos incluyen sendos apartados dedicados a la causa feminista, nunca el propio concepto de feminismo y todo lo que él entraña ha sido tan denostado por la superficialidad de la que este adolece en boca de nuestros políticos, quienes al no atender a las raíces históricas, filosóficas y antropológicas del problema, desprenden a lo que se constituyó hace décadas como la segunda ola del movimiento feminista, de su propio origen, de su lucha, de su radicalidad, en el sentido etimológico y más ancestral del término, de su razón de ser, manteniendo dicha cuestión en un permanente desideratum de igualdad efectiva de derechos, oportunidades, trato, relaciones y hasta de la propia dignidad.