“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

28/5/15

España | Reflexión tras las elecciones del 25 de mayo

Miguel Manzanera Salavert   |   El avance de las fuerzas de izquierda en las elecciones del 24 de mayo ha sido notable; pero conviene matizar los resultados, para no hacernos eco de la prensa del régimen monárquico, que ha expuesto el resultado en tono sensacionalista como un vuelco de la situación del poder en España. El Partido Popular (PP) ha perdido muchos votos, pero ese retroceso está paliado por la emergencia de un partido afín, Ciudadanos (C’s).  Del mismo modo que en las elecciones autonómica andaluzas de marzo, el resultado de la derecha en 2015 (sumando los votos de PP y C’s) igualaba al de 2007, no se puede perder de vista que si bien la derecha ha retrocedido en 5 puntos  respecto a las elecciones de 2011, se encuentra  más o menos en la misma situación que en 2007. Pero la sensación de derrota proviene de que no es capaz de encontrar un partido de recambio al PP, pues UPyD ha fracasado y C’s no ha cubierto las expectativas. La diferencia respecto hace 8 años es que ahora la derecha se encuentra dividida y en retroceso, mientras que hace 8 años se encontraba unida y en ascenso.

Antes que sea tarde | Los cambios diferenciales no han contribuido a la estabilidad cambiaria

Gustavo Márquez Marín   |   La aplicación de la teoría del “anclaje cambiario” inspiradora del actual modelo de control de cambio creado supuestamente para abatir la inflación, ha provocado una sobrevaluación artificial prolongada de la moneda y una dolarización de facto de la economía. Si bien el control de cambio suele ser una medida transitoria, pertinente en circunstancias como la sobrevenida por el sabotaje petrolero que amenazaba con hacer colapsar la economía. Su implementación no evitó la depreciación monetaria ocasionada por el diferencial inflacionario con los socios comerciales. Tampoco logró bloquear la fuga de capitales ni abatir la inflación. Pero sí estimuló y facilitó una corrupción espantosa, forjadora de un inmenso hueco fiscal de más de 20 mil millones de dólares, que hoy gravita sobre la crisis que padecemos los venezolanos.

No fue realista suponer que todos los comerciantes y empresarios a los que les asignaron dólares CADIVI, por su propia voluntad dejarían de actuar bajo la lógica del capital para maximizar la extracción de la renta petrolera. Ni que los “controles” dejarían de ser aprovechados por algunos funcionarios corruptos como peaje para obtener una jugosa tajada.

Baruch Spinoza: La servidumbre humana

Baruch Spinoza
✆ María Elina
Luis Roca Jusmet   |   Después de haber hablado, en las tres primeras partes de su libro Ética, sobre Dios, el alma/cuerpo y los afectos, en la cuarta parte trata sobre la servidumbre humana o fuerza de los afectos. Si afirma que la fuerza de los afectos crea servidumbre, es porque considera que las pasiones nos encadenan. Para Spinoza la libertad es el poder hacer lo que queremos y lo que queremos es lo que decidimos racionalmente. De todas maneras, la libertad será el tema de una última parte del libro, no de la que hablamos. La servidumbre, y en esto también coincide con Nietzsche, es impotencia. Ambos consideran que la teoría del libre albedrío es una ficción. La diferencia entre un hombre libre y otro que no lo es, es que el primero está autodeterminado y el segundo es dependiente. Es decir, que de lo que se trata es de saber si está determinado interiormente, lo cual te lleva a la acción, o si está determinado por determinado los otros, lo cual te hace reaccionar. Pero si para Nietzsche es desde el instinto, para Spinoza lo es desde la razón. ¿Qué quiere decir guiarse por la razón? No es únicamente una cuestión de cálculo, también lo es de intuición y de la capacidad de distanciarnos de nuestros afectos, de verlos desde afuera.