“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

6/7/15

Abre mas, compañero | Pistas que indican la salida del tortuoso laberinto de la crisis

Gustavo Márquez Marín   |   Al recibir el Premio Nacional de Periodismo de manos del Presidente Maduro, José Vicente Rangel lanzó algunos aldabonazos sobre la situación nacional, interpretando a millones de familias agobiadas por la inseguridad, la escasez y la espiral inflacionaria. Fue un discurso sobrio, autocrítico, y constructivo.

Reconoció que aun cuando el gobierno viene atacando la inseguridad “los efectos son muy magros”. Identificó al burocratismo y la corrupción como enemigos del cambio. “La burocracia arruina iniciativas y proyectos (...) que por esta razón no podrá avanzarse en el proceso” señaló, afirmando que “igualmente hay que intensificar la lucha a fondo contra la corrupción, otro elemento que impide o amenaza los cambios necesarios en el país”. Pidió una evaluación de la gestión económica. “Es tiempo de resultados en la batalla contra la guerra económica declarada por la derecha y la oligarquía. Hay que actuar con diligencia y eficacia frente al desabastecimiento y la inflación que genera un denso malestar en el pueblo”

Nos preguntamos: ¿En qué medida los efectos perversos de la política económica rentístico-importadora y particularmente, la política cambiaria que se viene aplicando, es el arma secreta de la burguesía parasitaria? Es evidente que estamos perdiendo esa batalla porque la inflación sigue disparada, el contrabando no ha mermado, la escasez de alimentos, medicinas e insumos continúa, dándole vida a un mercado ilícito que está asfixiando la economía. Una crisis estructural sistémica no se puede enfrentar atacando solo los efectos sin atacar sus causas. Hace falta una reconfiguración de la economía para reimpulsar la producción endógena agrícola e industrial y lograr la estabilidad macroeconómica sin comprometer la inversión social. Que no ponga sobre la espalda de los que menos tienen el peso de la crisis.

El mensaje de JVR al Presidente no pudo ser más claro: “Abre más, compañero, ábrete más al país real, y convierte el diálogo al cual eres propenso, en actividad cotidiana, con riguroso sentido y seguimiento de sus resultados. Abre tu gobierno a la participación  de miles de venezolanos capaces, honestos y preparados”. Son pistas que indican la salida del tortuoso laberinto de la crisis.
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