“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

8/2/15

¿Volverá Álvaro Uribe?

Gustavo Márquez Marín
El pronunciamiento del gobierno colombiano sobre el intento del expresidente Pastrana de visitar al Leopoldo López en la cárcel, es injerencista e inaceptable para los venezolanos. Con una redacción sutilmente insolente, conmina al gobierno nacional a “que explique las razones por las que no autorizó la visita” y más grave aún, aboga por que “recupere su libertad”, quien está procesado por su responsabilidad en las guarimbas criminales que en 2014 enlutaron al país con un saldo de 43 muertos, 800 heridos y más de $ 10.000 millones en daños al patrimonio público.

La cancillería colombiana afirma que el gestor del tristemente célebre “Plan Colombia” realizaba una “visita de carácter privado”. Ese plan de los gringos que convirtió la hermana República en una base de EEUU en la región, provocando una verdadera crisis humanitaria que ha generado más de 4 millones de desplazados, muchos de los cuales encontraron refugio en la Venezuela chavista. Una “visita” de esa especie requiere de una autorización oficial que nunca se tramitó, porque en realidad su objetivo era montar un “show” de respaldo a la oposición fascista que actúa como agente del golpe continuado dirigido desde Washington. Es decir, tenía fines políticos y de clara injerencia en los asuntos internos del país. Al igual que las otras marionetas del “Circo del Tío Sam” -Calderón y Piñera- vino a integrarse a la tramoya golpista que está montando su amo del norte.

La exigencia solapada del Presidente Santos al Presidente Maduro de que “explique las razones porque no autorizó la visita”, es irrespetuosa e injerencista. Ningún Estado tiene por qué admitir presiones para explicar sus decisiones soberanas. Más aún, cuando se refiere a la participación de extranjeros en la política nacional.

Al solicitar la libertad de López, el gobierno colombiano se entromete en los asuntos internos desconociendo la institucionalidad venezolana, pasando la raya del respeto que se deben países hermanos ¿Sería que Santos cayó en una provocación? ¿Será ésta una señal de su adhesión al llamamiento a derrocar al Presidente Maduro que hizo el Vicepresidente de EEUU, Joe Biden? ¿Significa esto la vuelta de la Casa Nariño a la política anti-venezolana de Uribe? Amanecerá y veremos.
http://lapaginademontilla.blogspot.com/