“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

13/12/14

Walter Benjamin y sus sombras

“Cuando se acerca el mediodía, las sombras son todavía bordes negros, marcados, en el flujo de las cosas, y están dispuestas a retirarse quedas, de improviso, a su armazón, a su misterio”
Walter Benjamin Ad.
Pablo Rodríguez Liboreiro
El hilo conductor del pensamiento de Benjamin es el problema de la experiencia. Benjamin distingue dos tipos de experiencia: la «experiencia desnuda», propia de la cosmovisión moderna, y la «percepción primordial», que es la experiencia que tal cosmovisión dejó de lado. La conclusión de su pensamiento es el teísmo irracionalista, pues acaba deseando el advenimiento de la «violencia divina» para que la «percepción primordial» pueda ser restituida. Tal conclusión es la consecuencia necesaria de haber considerado implícitamente el principio del tercero excluido no sólo como un principio del entendimiento abstracto sino también del pensamiento en general.

El presente escrito consta de dos partes. La primera parte tiene un carácter expositivo y pretende responder a la doble cuestión ¿cuál es el hilo conductor del pensamiento de Benjamin?, y ¿a qué lleva tal hilo conductor? La segunda parte tiene un carácter crítico y pretende responder a la cuestión ¿por qué Benjamin llega a tal conclusión y no a otra?

Primeramente se pretende presentar la cuestión en su desarrollo lógico para después poder pensar las condiciones generales que han hecho que este desarrollo haya sido así y no de otra manera. Pues lo erróneo debe ser estudiado de la misma manera que lo acertado, análogamente a cómo la luz se estudia de la misma manera que la sombra; conforme a su necesidad.