“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

12/8/12

Al fondo a la izquierda / Textos alrededor de los tiempos interesantes vividos por Eric Hobsbawm

A los 94 años, después de publicar sus extraordinarias memorias (Tiempos interesantes), el gran historiador inglés Eric Hobsbawm –que dedicó su vida a analizar y explicar la era moderna, desde la Revolución Francesa hasta los estertores del siglo XX– tenía un libro más por escribir: Cómo cambiar el mundo. Tras sentirse parte de la generación con la que se extinguiría el marxismo de la vida política e intelectual de Occidente, las crisis financieras, la espiral conflictiva del capitalismo y los cambios en América latina le dieron la alegría de volver a su querido Marx. En el libro, despeja con su habitual lucidez las malas interpretaciones, archiva los preceptos que envejecieron y despliega las herramientas que ofrece el autor de El Capital para entender el mundo en el siglo XXI y hacerlo un lugar mejor.

Fernando Bogado

Imaginen la escena: Eric Hobsbawm, reconocido historiador inglés de corte marxista, y George Soros, una de las mentes financieras más importantes del mundo, se encuentran en una cena. Soros, quizá para iniciar la conversación, quizá con el objetivo de continuar alguna otra, le pregunta a Hobsbawm qué opina de Marx. Hobsbawm elige dar una respuesta ambigua para evitar el conflicto, y respondiendo en parte a ese culto a la reflexión antes que a la confrontación directa que caracteriza sus trabajos. Soros, en cambio, es concluyente: “Hace 150 años este hombre descubrió algo sobre el capitalismo que debemos tener en cuenta”.

Para comprender la relación entre salarios y beneficios / A propósito de la crisis económica de España

Alberto Garzón Espinosa

Especial para La Página
Uno de los temas más apasionantes de la economía, pero a la vez también más complejo, es el que se refiere a la distribución de la renta. No en vano se trata del elemento clave en el funcionamiento de una economía capitalista, razón por la que desde los clásicos (Smith, Ricardo, Marx…) se ha estudiado como centro de las reflexiones. En este blog lo hemos tratado mucho, si bien ahora me interesa mostrar un ejemplo que sirva para entenderlo mejor.

Primero unos conceptos rápidos para quien no esté familiarizado con los indicadores económicos. Como sabemos, el valor monetario de la riqueza que se genera en un país se mide a través del Producto Interior Bruto (PIB). Este indicador puede descomponerse en dos partes: los beneficios empresariales y los salarios. Esto no es ni más ni menos que la agregación del comportamiento individual en las empresas. Hay un ejemplo habitual que sirve para ilustrar esto y que describo y dibujo al final del post. Lo importante es quedarse con el hecho de que el Producto Interior Bruto puede descomponerse en la suma del valor añadido por ramas o, alternativamente, en la suma de la distribución entre salarios y beneficios.

La gaveta voraz / Se deberían prohibir las gavetas, pero esa decisión será seguramente engavetada, y volveremos a empezar, o a terminar

Luis Britto García

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Especial para La Página
El Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia N° 1942/2003, decide sobre la Convención Interamericana de Derechos Humanos, que nos supedita a la Comisión y la Corte de Derechos Humanos: “se solicita al Ejecutivo Nacional proceda a denunciar esta Convención, ante la evidente usurpación de funciones en que ha ocurrido la Corte Interamericana de los Derechos Humanos con el fallo objeto de la presente decisión; y el hecho de que tal actuación se fundamenta institucional y competencialmente en el aludido Tratado. Así se decide”. En noviembre de 2012, Chávez sostuvo en Consejo de Ministros de 17 de septiembre de 2011, ante Evo Morales, que la Comisión Interamericana “no vale nada y forma parte del pasado”. El 10 de mayo de 2012 la Asamblea Nacional decide denunciar la Convención Interamericana. Los tres supremos poderes del Estado coinciden para evitar que cortes dependientes de una OEA que a su vez depende de Estados Unidos sentencien sobre nuestra soberanía y orden interno, como por ejemplo, sobre quién puede ser candidato o no para las elecciones, y el resultado de éstas, o quién puede poner bombas impunemente. A principios de agosto nos enteramos de que la decisión soberana de nuestros tres poderes supremos no se había cumplido, porque alguien engavetó el oficio mediante el cual notificamos a la OEA que Venezuela es independiente. Gaveta mata soberanía.

¡Cuán difícil es ganar una medalla olímpica!

Foto: Rubén Limardo
Alfredo Portillo

Especial para La Página
Cuán difícil le resultó a la mayoría de las delegaciones que asistieron a los Juegos Olímpicos de Londres, poder ganar una medalla. De las 204 delegaciones de atletas que compitieron en la magna justa del deporte mundial, apenas 83 de ellas, es decir, el 40%, lograron obtener al menos una medalla olímpica y, tan sólo 54,  pudieron bañarse con el oro. El resto debió regresar a casa con las manos vacías, aunque,   tal vez, con la satisfacción espiritual  de haber podido asistir.

Medallas olímpicas de Londres
Del total de las preseas en disputa, el 43% fue conquistado por el sexteto conformado por Estados Unidos, China, Gran Bretaña, Rusia, Corea del Sur y Alemania, en representación de la tríada América del Norte-Europa-Asia Emergente. Por su parte, de la región de América Latina y el Caribe, entre las  13 delegaciones exitosas conquistaron 72 medallas, equivalente al 7,5% del total, mientras que del continente africano, entre las 10 delegaciones que subieron al podio, sumaron 34 preseas, es decir, el 3,5% del botín.

Al escudriñar el mapamundi olímpico destaca  positivamente el desempeño de las delegaciones de Kazajistán, Cuba, Jamaica y Corea del Norte, ubicadas entre las posiciones 12 y 20 del ranking olímpico Londres 2012, mientras que negativamente figuran países desarrollados como Suiza, Suecia, Noruega, Bélgica y Portugal, los cuales quedaron relegados en la franja que va de la posición 32  a la 69.

Ganar una medalla olímpica ha sido en verdad muy difícil, entre otras razones porque, en muchas competencias o pruebas,  la diferencia con los tres primeros lugares pudo haber sido de metros, centímetros, segundos, centésimas de segundo, escasos puntos o un gol. También  se dio el caso de atletas que se lesionaron en plena actuación, o fueron descalificados por salidas en falso o por cualquier otra irregularidad. Algunos lloraron desconsoladamente, otros no lo podían creer. Para algunos era su última oportunidad, para otros aún hay la esperanza de otros juegos olímpicos. Para la mayoría, queda el sueño de poder vivir alguna vez, u otra vez, tan incomparable experiencia humana.