“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

28/7/12

Sociología, la madre de la economía / En los tiempos antiguos se producían milagros y ahora se producen catástrofes económicas

Eduardo Zeind Palafox

Especial para La Página
Estamos cometiendo un grave error al imitar la conducta de los demás países. Un principio científico dice que lo más importante en ciencia consiste en saber observar las peculiaridades de un fenómeno. Sin embargo, hacemos todo lo contrario y nos aferramos a nuestras viejas categorías intelectuales. Una categoría intelectual es como una ranura o como una ventana. A través de estos espacios o ranuras alcanzamos a ver sólo lo que dichos espacios nos permiten ver.

Hoy es lunes, y como todos los lunes hablaremos sobre un tema especializado. Meditaremos sobre la relación que hay entre la economía y la sociología. Para iniciar citemos un pasaje del Diccionario Filosófico de Voltaire: "Os desafiamos a que encontréis un solo pueblo en el que no se hayan realizado prodigios increíbles, sobre todo en los tiempos en que casi nadie sabía leer y escribir".

Esta hermosa cita nos deja pensando en nuestros paradigmas. Una herramienta utilísima para romper los paradigmas es la Navaja de Ockham. Este instrumento epistemológico nos aconseja no multiplicar los entes si no es necesario. Además esta Navaja siempre iba en los bolsillos del gran C. Hitchens, crítico social por excelencia.

En los tiempos antiguos se producían milagros y en los tiempos modernos se producen catástrofes económicas. Los antiguos creían que los milagros o que las catástrofes eran designios divinos, y hoy pensamos casi lo mismo sobre las burbujas financieras o sobre las devaluaciones.

Las crisis del capitalismo mundial

César Villalona

Desde hace algunos años el capitalismo mundial atraviesa por una crisis integral. Por razones de espacio, en este artículo solo hablaremos de la crisis de sobreproducción, la de hegemonía y la ecológica.

La crisis de de sobreproducción

En el año 2008, Estados Unidos fue el epicentro de una crisis que se trasladó, con algunas excepciones y con mayor o menor intensidad, al resto del mundo. Dicha crisis tenía como antecedente la sobreproducción acumulada en los años 2000-2001, que le ocasionó a las empresas una pérdida promedio de 4% en el año 2000 y de 6% en el 2001.[1]

La sobreproducción se debe a la concentración del ingreso y la riqueza en una minoría de la población. “La parte superior del 1% de los estadounidenses recibe casi una cuarta parte de la renta de la nación cada año. Si hablamos de riqueza en vez de renta, el 1% de la población detenta el 40% (…) Hace veinticinco años, las cifras correspondientes fueron del 12% y el 33% (…) Mientras que el 1% ha visto cómo su ingreso aumenta en un 18% en la última década, la clase media ha visto disminuir sus ingresos” [2].

Para enfrentar la sobreproducción, en los años 2003 y el 2004 la Reserva Federal estimuló el consumo mediante la reducción de la tasa de interés hasta 1%. Mucha gente se endeudó para adquirir viviendas, incluyendo personas con baja solvencia económica. A su vez, las invasiones a Afganistán e Iraq elevaron el gasto público y ampliaron la demanda interna que necesitaban las empresas para vender sus mercancías.