“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

5/12/08

Compay Segundo es el Primero

Nunca antes en la historia de la música popular se había dado el caso de que una segunda voz llegara a ser considerada la estrella de un espectáculo. Los cantantes que tenían la “mala suerte” de ser dotados con un timbre de voz poco comercial, fueron tenidos en muy poca consideración y estima, por ser precisamente eso, los “segundos”, una especie de caja de resonancia para el lucimiento de la primera voz, que se convertía así en la atracción.

Ese mito se rompió con Francisco Antonio Repilado Muñoz, a quienes todos conocemos como Compay Segundo, llamado así por eso mismo. Pero como los estereotipos mandan, sólo vino a ser reconocido internacionalmente como algo fuera de lo común dentro de la canción cubana a los 90 años de edad. Pero su pueblo lo amaba como compositor y cantante y lo siguió paso a paso hasta su consagración definitiva. Durante su corta carrera como estrella, sólo cinco años, millones de personas en todo el mundo lo aclamaron, oyeron sus discos y soñaron con su música, llena de poesía, humor y una inmensa vitalidad, que surgía de un anciano que ponía a bailar a cualquier auditorio.

Como tributo al Compay Segundo, oigamos su más aplaudida canción: Chan Chan.